SU HISTORIA
   
Oferta de la vida
por su mamá
 
Oferta de la vida por su mamá

Pocos días después de la misión que obtuvo tan importantes frutos de conversión en Junín de los Andes, viendo que no lograba mover a conversión a su madre, Laura concibió una decisión de caridad heroica, que ha quedado como la característica de su breve existencia: ofrecerse como víctima a Dios por la conversión de su madre.
No es claro cuándo habrá nacido en ella esta idea.
Algunos la sitúan el domingo del Buen Pastor – 13 de abril de 1902 – como una respuesta a las palabras de Jesús: “El buen pastor da la vida por sus ovejas” (Jn 10, 11).
Oigamos a su Confesor:
“Su confianza en la proteccion de María y en la bondad del Divino Corazón la animaba a insistir en su ruego y, no teniendo ya otra cosa que ofrecer para obtener esa gracia, se decidió a ofrecer su vida misma y a aceptar con gusto la muerte a cambio de esa anhelada conversión.
Pidió permiso a su director, rogándole anticipadamente no ponerle obstáculos, sino más bien bendecir su ardiente deseo.
El padre espiritual al principio vaciló; pero al fin, en vista de su repetida insistencia, accedió y le dio el permiso que pedía, pues veía patente en ese acto heroico la accion de la Gracia.
La pequeña Laura no esperó un instante. Corrió inmediatamente a arrojarse a los pies de Jesús y, derramando lágrimas de gozo, en la esperanza de ser escuchada por Dios, se ofreció en holocausto a Jesús y a su querida Madre María”.


Concluido ese año, Laura no volvió a Quilquihué, sino que pasó el verano en el colegio con las hermanas. Ese verano, ninguna de las hermanas se alejó de Junín para viajar a Santiago durante el receso estival, como solían hacerlo.

Ermita, Fundación Laura Vicuña