SU HISTORIA
   
Primera Comunión
 
Primera Comunión

El regreso al colegio en marzo de 1901 fue para Laura una fiesta.
Cuando su Confesor le anunció que ese año sería admitida a la Primera Comunión, derramó lágrimas de alegría.
“Fue tan grande la conmoción de su alma que no pudo proferir palabras”. Este primer encuentro con Jesús en la Eucaristía fue para ella un decisivo impulso hacia la santidad.

Hizo la Primera Comunión el 2 de junio de 1901, a los diez años de edad.
Su Confesor escribe: “Siempre había sido obediente, sumisa, humilde y amable, pero después de ese momento, se le notaba en todo mayor perfección, recogimiento y fervor en sus prácticas de piedad…
Sus prácticas preferidas eran: mantenerse en la presencia de Dios, sirviéndose, para tal fin, de frecuentes y fervorosas oraciones, de buenos pensamientos y de santas conversaciones, especialmente sobre el amor de Jesús Sacramento”.

La misma Laura exclamaría después:

“¡Qué momentos más deliciosos! ¡Unida a Jesús le hablé de todos, y para todos invoqué gracias y favores!”


Reflexionando sobre esos días y lo que él pudo percibir del impacto de la Gracia en el alma de Laura, el Padre Crestanello comenta: “De un niño que hace bien su Primera Comunión se puede esperar grandes cosas”.
A imitación de Santo Domingo Savio, propuesto como modelo en las escuelas salesianas, Laura, para esta ocasión, escribió de su propia mano tres propósitos, que vale la pena reproducir completos :

1. Quiero, Jesús mío, amarte y servirte durante toda mi vida; por eso te ofrezco toda mi alma, mi corazón y todo mi ser.
2. Quiero morir antes que ofenderte con el pecado; y por eso quiero apartarme de todo lo que pueda separarme de Ti.
3.

Prometo hacer de mi parte cuanto sé y puedo, aun con grandes sacrificios, para que Tú seas siempre más conocido y amado, y para reparar las ofensas que todos los días Te infieren los hombres que no Te aman, especialmente las que recibes de los míos.


"¡Oh, Dios mío, concédeme una vida de amor, de mortificación y de sacrificio!”


La única pena que ensombreció el gozo de ese día fue observar que su madre no se acercaba a la Comunión con ella.