SU HISTORIA
   
Emigración a
Junín de los Andes
 
Emigración a Junín de los Andes (Argentina)

En febrero o marzo de 1899 partió doña Mercedes con sus dos hijas, pero iba dirigida hacia el extremo norte de la provincia de Neuquén (Argentina), a la localidad llamada Ñorquín.
Se sabe que de allí descendió hacia el sur, deteniéndose primero en Las Lajas. Fue a instalarse entre octubre y diciembre, en qué circunstancias no se sabe, en la localidad de Chapelcó, en la estancia de Quilquihué, de propiedad del hacendado Manuel Mora, distante de Junín de los Andes unos dieciséis kilómetros.
Manuel Mora era el tipo de gaucho prepotente, atropellador, que pretendía plegarlo todo a su voluntad.
“Individuo perverso y grosero”, lo define Leonardo Cifuentes, que en esos años era sacristán del colegio salesiano de Junín.
El gobierno argentino le había encomendado la explotación de la amplia zona del río Quilquihué, donde poseía dos estancias: Quilquihué y las Mercedes.
Era proverbial el mal trato que había dado a su anterior conviviente, Tomasa Catalá, a la cual se sabía que, antes de mandarla cambiar, había marcado con el hierro candente usado para la marcadura de los animales.
Tanto la Madre Piai como el Padre Genghini afirman: “Mora era chileno”. En todo caso, la nacionalidad no era del todo clara en esos parajes. Es probable sin embargo que, en su calidad de chileno, se haya acercado a la joven viuda cuando aún se encontraba en Las Lajas, para ofrecerle trabajo en su hacienda como dueña de casa.
Así se trasladó doña Mercedes a Quilquihué. Manuel Mora no tardó en hacer de ella su conviviente.
Fundada sólo veinte años antes, “Junín contaba entonces alrededor de trescientos habitantes, mientras otros dos mil, la mayor parte indígenas y chilenos, vivían diseminados por los altiplanos y valles circundantes”.